Los instantes negros

6 de mayo de 2017. Clínica especializada en trastornos alimenticios. Estoy en la sala de espera por una recaída a causa de mi anorexia. Todo se ve gris como este sillón  y la angustia es más opresiva que otras veces. En un nervioso ritual comienzo a rascar obsesivamente mi brazo derecho,  hasta que lo sangro. Me importa poco. Mis compañeras intentan animarme en este reingreso: que la recuperación vale la pena, que es para vivir mejor…, pero agresivamente las contradigo repitiéndoles

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Distimia: al borde de la depresión

Cuando tenía siete años, mi papá fue diagnosticado con cáncer y ese fue el inicio de la debacle de mi vida. Su enfermedad hizo que mis papás tomaran la decisión de irse a tratar la enfermedad a Estados Unidos, lo que ocasionó que me separará de ellos por seis meses. Él murió cuando yo tenía 11 años; posiblemente su muerte detonó algo en mí y años después, fui diagnosticada con distimia. La distimia o trastorno distímico es un desorden afectivo

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La espiral que derivó de una galleta

Todo empezó una tarde de enero cuando al probarme mi vestido de quince años, mi madre me dijo que tuviera cuidado con lo que comía ya que si engordaba, no cabría en él. Recuerdo que la alacena estaba llena de galletas oreos cubiertas de chocolate blanco y diariamente, ingería una después de la hora de la comida. En el momento justo después de comer, las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza y decidí ya no comer postre. Quería

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La voz que rige mis días

– ¿Segura? ¿Te lo vas a comer? Pero eres gorda y con eso te vas a inflar como pelota. Recuerda que las mujeres hermosas no comen…  Tengo una voz que me habita desde niña y comenzó a manifestarse durante mi adolescencia. Es exigente y cruel; diariamente me recuerda que perder peso equivale a ganar felicidad; la he nombrado “la loca” ya que al menos tres veces al día me repite que la comida me hará engordar y que, si no

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Sobre mí

Sobre mí

Mi nombre es Lucía y vivo en una constante paradoja. En cuestiones de segundos paso de la euforia a la depresión, de la calma al caos y de la locura a la sensatez. Estos conflictos me han demostrado que las dualidades y contradicciones vienen a construir lo que significa vivir en consciencia y plenitud.

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La vida en paradoja