Ahí estaban, esperándome en la esquina de mi clóset. Una parte de mi sentía que me retaban, que me hablaban y seducían para caer de vuelta a la enfermedad. Esos pantalones a rayas que tanto me gustan y que desde el inicio de la pandemia, he decidido no usar. Son pegados al cuerpo y el botón siempre me ha quedado un poco justo, por lo que desde que comencé a comer mejor decidí abandonarlos en el fondo del armario. Hoy …