La espiral que derivó de una galleta

Todo empezó una tarde de enero cuando al probarme mi vestido de quince años, mi madre me dijo que tuviera cuidado con lo que comía ya que si engordaba, no cabría en él. Recuerdo que la alacena estaba llena de galletas oreos cubiertas de chocolate blanco y diariamente, ingería una después de la hora de la comida. En el momento justo después de comer, las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza y decidí ya no comer postre. Quería

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Sobre mí

Sobre mí

Mi nombre es Lucía y vivo en una constante paradoja. En cuestiones de segundos paso de la euforia a la depresión, de la calma al caos y de la locura a la sensatez. Estos conflictos me han demostrado que las dualidades y contradicciones vienen a construir lo que significa vivir en consciencia y plenitud.

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La vida en paradoja